Con elegancia
Hace tiempo que opté por dejar un poco de lado las salidas nocturnas. En verdad hace rato que las marquesinas de mi expectativa tienen varios tubos quemados. Los sábados se convirtieron en un día del que sólo espero algunas buenas horas de la puerta cancel hacia adentro. Hago una especie de vida post disturbio adolescente, ya no tengo la imperiosa necesidad de ir a ver bandas un fin de semana para poder colgarle el cartel de "no desperdiciado". Eso sí, hay una rutina de la que actualmente no puedo escapar: prender la tv el sábado de madrugada (a eso de la 1:30, cuando ya se respira domingo de resurrección) y sintonizar "Días de cine" en Televisión Española (canal 34, en mi cable).
Tengo que hurgar mucho en la memoria para intentar encontrar algo que se le asemeje, al menos en nuestra carente tv local. Digo esto por varios motivos. En Uruguay nunca pudimos atestiguar lo qué es un buen comentario televisivo sobre algún acontecimiento cinematográfico. Nótese que digo "comentario" evitando el término "crítica" ya que sería en vano hablar de algo de lo que ni siquiera se tiene una noción aproximada. Acá no se puede hablar de nueva crítica, porque ni siquiera existe una anterior con que se la pueda comparar. Acá existen las paráfrasis de discursos mal digeridos, que devienen, indefectiblemente, en una suerte de indigestión conceptual.
Vuelvo entonces a "Días de Cine" mi programa semanal de los sábados post medianoche.
Si tengo que rastrear méritos, puedo resaltar sin duda a un par de los muchos que tiene el programa.
En primer lugar no puedo dejar de mencionar al conductor y director. En la duración total de la emisión las apariciones de Antonio Gasset (o conductor con más carisma de los últimos tiempos) no duran más de unos quince minutos en total sumando todas sus intervenciones. Tampoco se le pide mucho más, porque el tipo parece tener bien en claro que para expresar una idea inteligente no se necesita un programa de cuatro horas de duración.
Este tipo, pues, personifica una especie de convicción anti híbridos. Siempre habla en primera persona, o sea, se hace cargo de lo que dice obviando el vicio retórico de "se comenta que..." utilizado sobre todo en los programas periodísticos de entrevistas, en donde el entrevistador complaciente evita formular juicios que puedan incomodar al invitado.
La improvisada verborragia de Gasset le sale demasiado bien si lo que pretende es mostrar una cierta impostura.
A veces me pregunto cuáles serán las movidas que permiten que este conductor siga dirigiendo su programa en una cadena como tv Española, caracterizada por tocar con su varita mágica intervensionista a cada producto que pone al aire. Tal vez suponen que un programa sobre cine con un cincuentón al frente no va a propagar demasiado discurso que pueda molestar. Mejor así, para nosotros, que tenemos la posibilidad de seguir viéndolo.
Si hay algo que diferencia a "Días de cine" de otros programas de su rubro no es tan sólo su conductor (a estas alturas habrán notado que el tipo me agrada) sino la dinámica de los informes que presenta. Estos son creados por personas de las que sólo conocemos el nombre y está bien que así sea, ya que para el estilo de programa que quieren realizar, no sería tan efectiva la presencia de columnistas junto al conductor. Eso le quitaría sobriedad y se acercaría más a una especie de debate abierto. El mundo no necesita más talk shows.
Los informes no se agotan en una simple apreciación de la película de turno (por supuesto destierran lugares tan comunes como vulgares del tipo "Un canto a la vida") sino que es ésta la excusa para bucear en todas sus intertextualidades.
Cada informe tiene su estilo pero básicamente se respeta la fórmula de la retrospectiva rastreando la evolución de algún actor, director, guionista, etc.
A veces sucede que como espectador uno se encuentra ante tanta información relevante que termina por olvidarse de la película que se había estrenado. La sensación que te deja el programa es la de que todavía quedan personas que tienen ganas de hablar sobre cine en serio y no pierden un minuto de la generosa hora semanal que Tv. Española les proporciona.
Un programa de tele al fin y al cabo, pero con elegancia, que no es poco.